¿Tenés la sensación de estar siempre trabajando?
El uso de las tecnologías hace que estemos todo momento conectados. Todo el día, disponibles, ‘always on’.
Pero, ¿Qué dificultades puede traer esto?
No respetar horarios laborales y la incapacidad de desconectar cuando corresponde, puede llevar a que se generen dificultades tanto mental como físicamente que repercuten en el bienestar, la productividad y el rendimiento.
¿Te notás irritado? ¿Tenés los hombros, el cuello y la mandíbula tensos? ¿Te suena algo de esto? Una de las consecuencias del desequilibrio, entre la vida personal y profesional, es el estrés. Este puede manifestarse de distintas maneras, que van desde un marcado carácter irritado hasta manifestaciones psicosomáticas.
Incluso, este desequilibrio puede generar la sensación de tiempo perdido con tus amigos y seres queridos. Si trabajas demasiado, es posible que te pierdas eventos familiares o hitos importantes.
Tips en la búsqueda del equilibrio entre la vida profesional y la personal
- Organizar la semana y la jornada de trabajo con anticipación, fijando objetivos claros a corto plazo concretos y realistas.
- Agilizar las tareas identificando aquellas menos exigentes, dejando las de más exigencia para los momentos de mayor rendimiento y productividad.
- Reducir la carga laboral de manera paulatina. Sólo es cuestión de saber cuándo desconectar. La clave para conseguir el equilibrio es saber dónde se encuentra uno.
- Tomar un tiempo para el descanso. Necesitamos tiempo para desconectar, comer, ir al baño y relajarnos, para poder ser más productivos y mantener la atención, evitando el agotamiento.
- Consultar a un psicólogo o un coach si percibís que tu vida es demasiado caótica para controlarla y la cabeza te da vueltas y vueltas con distintas preocupaciones.
Muchas veces no podemos hacer nada contra los factores externos, pero podemos elegir cómo enfrentarnos a ellos.